Thursday, July 16, 2009

NEVERMIND THE DESTINATION... o lo que es lo mismo... DEAD END

Hubo algo, alguna vez, tal vez escondido esperando para que yo lo encontrara, o quizás nunca estuvo realmente escondido y solo esperaba que yo lo tomara.

Hubo un tiempo...
en el que “EL TIEMPO” para mi,
fue ETERNO.

Hubo una niña en la primaria que me dejo jugar con su pelo negro y lacio, que me alejo por un buen tiempo de jugar con mis amigos en el patio y con ella compartí mis sándwiches (aplastados) de jamón con queso blanco aguacate y jitomate, hechos con pan blanco envueltos en una servilleta y acompañados por una manzana o un plátano, metidos en una bolsa de plástico, esa bolsa metida entre mis cuadernos metidos en mi mochila.

No es la situación la que me define, tampoco la persona, mucho menos el entorno, me define todo aquello que sucedió hasta el momento exacto en el cual se me ocurrió treparme en la espalda de aquel perro, que aún tolerante me permitió brincar sobre de el como si fuera un caballo sin domesticar, hasta que cuando por fin lo harte decidió voltear hacia mi y morderme, mostrándome sus colmillos barnizados con su propia baba misma que escurría por su hocico. Solo me mordió una vez en la parte interior de mi brazo derecho.

Aquel verano en la casa nueva de los abuelos maternos, 40 años después de haber vivido en aquella vecindad con su baño hasta el fondo de pisos y paredes frías, húmedas y oscuras con su taza de baño justo a lado de la coladera su puerta de fierro oxidado y podrido por la parte baja, si caminabas por el pasillo podías saber quien se estaba bañando por el color de sus chanclas. Entonces en aquella casa nueva, esta vez para solo una familia, Romano (mi abuelo) limpiaba su pistola, recuerdo que la cacha era de color café y el metal tenia una coloración similar, era tan natural la forma en la cual la limpiaba con un pequeño pedazo de manta, la pasaba una y otra vez por toda la superficie del arma una y otra vez. Yo estaba parado en el umbral de la puerta cuando solo se escucho una detonación, esa fue la primera vez que me di cuenta de cuan viejo era Romano, al menos así se me revelo su rostro cuando tomo conciencia de lo que acababa de suceder, sus ojos grandes y abiertos al máximo, no se movían pero evidentemente estaban examinando el área buscando el lugar donde se había alojado la bala, hasta que por fin la encontró en la pared del librero en el que estaba recargado.

A toda la gente con la que me he cruzado en un momento especifico para bien o para mal…
CHINGON POR EL VIAJE!!!

No comments: