Tuesday, March 23, 2010

Sin Futuro... o lo que es lo mismo... SIEMPRE PASA

Por alguna razón aquel día Domingo comenzó tarde por ahí de las 10:30 am, contrario a mi plan esperaba estar listo para esa hora. Mi turno fue el cuarto para tener acceso a la regadera y apenas entre al baño comencé a sudar por la humedad acumulada; así que en vez de sentir alivio me sentí más fastidiado pero ya estaba limpio.
Antes de ponernos en marcha, hubo una llamada telefónica y ejercicios individuales para asegurarnos que no se olvidaba nada. Por fin nos acomodamos en la camioneta y cuando nos incorporarnos al circuito interior una sensación de alivio se apodero de mi al tener al viento fresco del medio día soplando en mi cara y colándose por la manga de mi camisa, así como también el hecho de movernos con rapidez y sin contratiempos; sin contratiempos hasta que llegamos a la salida de Calzada de los Misterios, en vez de Domingo parecía viernes de quincena a la hora de la comida una pinche fila bien larga en la lateral hasta Misterios, la razón: los Domingos la ciudad se vuelve bicicletera, antes solo en el área de Reforma por ahí de Hidalgo hasta el Auditorio (no estoy seguro), a pesar de que solo estaba habilitado un carril para la circulación de los carros no estuvo tan mal cuando logre dar la vuelta en Misterios. Llegue a mi destino después de unos 15 minutos de recorrido.
Salimos del carro y el sol se dejaba sentir macizo en la espalda, cruzamos la calle tan rápido como nos fue posible y caminamos por debajo de los árboles y pegados a los muros con la esperanza de evitar los rayos solares.
El bullicio de la gente y los puestos de quesadillas, las tiendas de abarrotes habilitadas en las casas, “el viene viene”, los niños en los columpios, los cabulas en la entrada de las vecindades, el que viene caminando a media calle con la cahuama en la mano, los policías que caminan tímidos y al doblar la esquina llegamos. Me aseguro que no venga ningún carro para cruzar la calle y entro apresurado a la galería, son las 12:20 y pienso que la inauguración ha terminado, me regresan a la entrada porque debo de dejar mi mochila en la paquetería, me dan mi boleto y una vez más camino con dirección a la sala, donde Gaby me saluda y me da un vaso “toma me lo dio Marti pero no me gusto” lo pruebo y el sabor no me desagrada puedo sentir el alcohol quemando mi garganta, es una buena bebida.
A diferencia de otras ocasiones, esta vez no tuve la oportunidad de ver ninguna de las pinturas, esculturas o dibujos que eran expuestas y mi curiosidad era grande, comencé a caminar y fui devorando con gran velocidad todo lo que veía igual que cuando se tiene hambre, por lo regular me detenía cada 2 o 3 metros a saludar a alguien, cuando termine la tercera parte de la sala se escucho el llamado a escuchar la presentación que pensé que no había alcanzado. Hay una descripción de la obra y de sus autores, del porque han sido considerados para exponer y al termino hay aplausos, al termino de los aplausos somos invitados a pasar al fondo de la sala donde hay mas de ese ron que me había bebido minutos antes. Ni tardo ni perezoso me voy por otro para de vasos, y continuo mi recorrido vaso en mano, y sigo parando ocasionalmente a saludar y platicar. No sé en que momento me doy por vencido y decido solo platicar las esculturas no las termine de ver, pero cada que tenia oportunidad no podía dejar de ver la cerámica de Bolek (el perro de Roxi) que estaba ahí con una longitud fuera de lo normal incluso para un perro salchicha, y u color negro, cualquier pretexto me sirve para ver en esa dirección y toparme con su cuerpo alargado cuantas veces sea necesario.
Se acabo el Ron y le siguieron las cahuamas con dos envases prestados por la galería y dos más con importe, mismas que bebimos en el interior mientras hablábamos de lo que fuera, mientras nos poníamos al corriente sobre lo que hemos hecho (o lo que no hemos hecho) desde la última vez que nos vimos. Otra vez la vaquera y el tiempo transcurre, nos vamos moviendo hacia la salida hasta que terminamos tomando en el muro exterior de la galería. Bajan las cortinas metálicas de la galería y afuera se escucha el rumor de que iremos a alguna casa para comer algo y seguir cotorreando, mientras se termina de organizar todo salen mas cervezas y todo transcurre con la normalidad de un domingo a las 3 de la tarde.
MUEVANSE MUEVANSE. De pronto escucho que nos movamos y no encuentro el porque sin embargo camino en la misma dirección que los otros, lo primero que se me ocurre es que llego la policía para levantarnos por andar tomando en la vía publica pero mientras me muevo no veo las patrullas ni a los policías en bicicleta o a pie; a la mitad de la calle alguien pregunta que paso y cual es mi sorpresa que me entero que estaban robando a todos al volver la cara hacia donde estábamos, veo que tienen los demás en fila india y de uno por uno los están chingando, una vez mas busco tres rostros en ese grupo que esta conmigo y no los encuentro pregunto a Javier y no sabe, le dejo mi mochila y regreso mientras siguen forcejeando para arrebatar un bolso, hay un par de motonetas esperando a los que hacen la finanza, una vez que logran arrebatar ese último bolso, caminan con calma hacia las motonetas, se suben arrancan y se pierden entre los carros un par de calles mas adelante.
Solo atino a preguntar si están bien y rápidamente se empiezan a escuchar los comentarios: “yo los vi cuando se bajaron”, “simon traian fusca”, “pinches pistolas eran de plástico”, el llanto de un par de morras, “me chingaron mi celular”, “yo ni traía nada”, “no mames pensé que me iban a quitar mi ipod”, las innumerables teorías: “eran tantos”, “habían unos güeyes echándoles 18”, “ya nos estaban campaneando”, “ya los había visto pasar”.
De entre todo lo que se escucho en esos 5 minutos previos a nuestra partida recuerdo que me preguntaron: y a ti que te quitaron?.
Después del “Muévanse, muévanse” estaba a media calle cuando me di cuenta que mi jefa, mi hermana, y mi morra estaban recargadas en la pared con sus bolsas de mano en las espaldas para que no se las quitaran; y todavía después de eso me preguntaron que fue lo que me quitaron, chale.
A mi solo me quitaron la dignidad, pero eso SIEMPRE PASA.



Nota aclaratoria Ningún efectivo del H. Cuerpo de Policías fue lastimado durante los hechos ya que para su fortuna llegaron 5 minutos después de los hechos. Haciendo gala de su profesionalismo y compromiso con la seguridad del ciudadano promedio preguntaron: “Que les quitaron mi campion?”

2 comments:

Unknown said...

siempre tarde los polecias...
peero ps nomas se perdio la pulceraa

Ciudad Somnolienta said...

chaaaale...

una vez dos morros negros en Pomona, Califas, de como 15-16 anios me quitaron 10 dlls (con los que iba a comprar cerveza) fingiendo (estoy casi seguro) de que tenian un cuchillo debajo de sus chamarras abombadas...

aca ni siquiera llego la policia.

urbanistic stories.